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"La mayoría de la gente ve con el intelecto mucho más a menudo que con los ojos. En lugar de espacios coloreados, conocen conceptos. Una forma cúbica, blanquecina, alta y honrada por reflejos de cristal es para ellos, inmediatamente, una casa: ¡la casa! Idea compleja, concordancia de cualidades abstractas. Si cambian de lugar, el movimiento de las hileras de ventanas, la traslación de superficies que desfigura continuamente su sensación, se le escapan…, pues el concepto no cambia. Perciben, más bien, según un léxico que, según su retina, se aproxima tan mal a los objetos, conoce tan vagamente los placeres y padeceres de ver que han inventado las bellas perspectivas. Ignoran el resto. Pero se regalan con un concepto que hierve de palabras. (Una regla general de esta debilidad, que existe en todos los dominios del conocimiento, es precisamente la elección de lugares evidentes, el apoyarse en sistemas definidos que facilitan y ponen al alcance… Por tanto, puede decirse que la obra de arte siempre es más o menos didáctica).

Una obra de arte debería enseñarnos siempre que no habíamos visto lo que estamos viendo".

Paul Valery
Introducción al método de Leonardo da Vinci

1 comentario:

  1. Que bueno lo de conocer vagamente placeres y padeceres. Muy cierto lo que dice este señor.
    Creemos que conocemos algo, y en realidad solo conocemos remotamente algo, en algún momento.

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